El predicador Louis Farrakhan comunicando a su congregación información sobre el 9/11 y el origen de las guerras.Saber que hoy, ahora mismo, en Estados Unidos se están diciendo cosas así desde el púlpito le reconcilia a uno con la religión.
Este hombre, con su valentía y su desgarro, su rabia dolorida por el sufrimiento artificial al que una banda de cobardes ha sometido a la Humanidad, conecta con el espíritu de Cristo y, sin duda, nos coloca en el disparadero de los cambios que vamos a ver, ya mismo, en el Planeta.
Su sufrimiento es mi sufrimiento y su rabia es mi rabia. Acabemos con todos los secretos de una vez.